La propiedad quería transformar la arquitectura racional original en un complejo de oficinas funcional y avanzado, respetando los volúmenes originales.
El patio interior, donde se han ido acumulando máquinas y elementos de distribución de los sistemas de climatización, se racionalizó para recuperar la dignidad del palacio.
El edificio también debía tener un valor ecológico y contribuir a la presencia de un aire más limpio en la ciudad, eliminando las emisiones locales procedentes de la combustión.
Los responsables del diseño debían afrontar el reto de reducir los consumos energéticos y los costes de gestión de este imponente palacio.
El edificio aspiraba a obtener la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental DesignTM), el programa de certificación voluntaria de edificios para todo su ciclo de vida útil, desde su diseño hasta su construcción y gestión.

• 2 bombas de calor multifunción refrigeradas por aire, con alimentación eléctrica y ubicadas en el tejado, con capacidad para producir de forma simultánea agua caliente y refrigerada en cualquier estación. Las dos bombas de calor alimentan los ventiloconvectores canalizados con 4 tubos que dar servicio a las oficinas y la unidad de tratamiento de aire de baterías hidrónicas que da servicio a la sucursal bancaria. La unidad también se encarga de precalentar el acumulador de agua sanitaria;
• 1 bomba de calor ELFOEnergy Ground Medium2 para el calentamiento del acumulador de agua sanitaria;
• 8 sistemas de aire primario Clivet ZEPHIR3 de diferentes tamaños y con recuperación termodinámica de la energía, con un caudal de aire total de 62.200 m3/h; uno para cada planta, situados en el claustro interior, para la renovación higiénica del aire exterior y el control de la humedad ambiental.
• 1 sistema de producción autónoma de energía eléctrica renovable con paneles fotovoltaicos en el tejado