Bombas de calor: una alternativa "verde" para la eficiencia energética en edificios de viviendas

Las bombas de calor son una alternativa «green» a la caldera, tanto en viviendas unifamiliares como en edificios de viviendas. No es casualidad que, cuando se trata de la recalificación energética de un edificio, es decir, el conjunto de todas las actividades encaminadas a mejorar su rendimiento y reducir los costes energéticos, la sustitución de la caldera por una bomba de calor sea una de las primeras intervenciones en las que se piensa y planifica.

La elección de la bomba de calor más adecuada a las necesidades del edificio de viviendas no puede prescindir de su correcto dimensionamiento. Por supuesto, un modelo que es bueno para un edificio podría no tener potencia suficiente para calentar, refrigerar y producir agua caliente sanitaria para otro. En estos casos, se habla de infradimensionamiento. Por el contrario, si la bomba de calor se sobredimensiona en la fase de diseño, quienes viven en las distintas viviendas del edificio podrían experimentar un considerable derroche de energía.

Y eso no es todo: además de tener que dimensionar la bomba de calor de la mejor manera posible, en función de las necesidades de calor de todo el edificio de viviendas, el proyectista tendrá que adaptar la nueva instalación a la central térmica existente. O, como alternativa, aprovecha cualquier otra sala técnica o espacio exterior.

Dimensionamiento de la bomba de calor

Para determinar la potencia necesaria para generar la energía térmica adecuada para calentar un edificio de viviendas, hay que tener en cuenta una serie de indicaciones. En primer lugar, la demanda energética del edificio, un valor que puede calcularse multiplicando la superficie útil a calentar (expresada en metros cuadrados) por la demanda anual de energía térmica (expresada en kWh/metros cuadrados al año). Otros factores que permiten al proyectista proceder de la mejor manera posible al cálculo del dimensionamiento son la zona climática, la temperatura exterior mínima de diseño, el valor grados-día y las horas de calefacción diarias permitidas.

Cada país está dividido en zonas climáticas, marcadas simbólicamente con una serie de letras o números. Dependiendo de la zona climática, también cambian los denominados Grados-Día (GR-D), es decir, la suma durante los 365 días del año de las diferencias positivas entre la temperatura convencional fijada en 20 °C y la temperatura exterior media diaria. Un valor muy elevado, como el de Cuneo, en Piamonte, que supera los 3.000, es indicativo de periodos de calefacción anual prolongados y de temperaturas medias muy inferiores a la temperatura de referencia.

Otro elemento a tener en cuenta, debido a la necesidad de los municipios de reducir la contaminación atmosférica, es el número máximo de horas en que pueden utilizarse las instalaciones de calefacción. Un valor que se ve afectado de forma natural por la zona climática en la que se encuentra el edificio de viviendas y que juega un papel fundamental en la elección por parte del proyectista, ya que la bomba de calor debe ser capaz de calentar el edificio en el plazo establecido por la normativa. Por último, tenemos la temperatura exterior mínima de diseño, el valor más bajo de las medias de las décadas anuales más frías registradas en lugares concretos.

La elección de la bomba de calor: ¿aire-agua o agua-agua?

A diferencia de las calderas, que necesitan gas o metano, las bombas de calor se caracterizan por la ausencia de combustión, lo que reduce las emisiones nocivas. Además, esta innovadora tecnología garantiza una alta eficiencia y tiene la ventaja añadida de poder suministrar, en función de las necesidades, potencia térmica para calefacción y potencia frigorífica para refrigeración. Las bombas de calor «aprovechan» recursos naturales y sostenibles y se diferencian según la fuente de energía (aire, agua y calor del suelo) y los fluidos de transferencia de calor (aire y agua).

Bombas de calor aire/agua, como la línea SHEEN EVO 2.0 (para edificios de viviendas medianos/pequeños) o LARGE EVO (para edificios de viviendas de grandes dimensiones).

Se trata de soluciones especialmente diseñadas para instalaciones centralizadas en edificios de viviendas, son una solución excelente tanto para nuevas construcciones como para reformas. 

Al no utilizar el aire como fuente de energía, las bombas de calor agua-agua y las bombas de calor geotérmicas no necesitan instalarse en el exterior, ni requieren espacios interiores con aberturas especiales para su ventilación. Esto no significa que estos dispositivos no tengan otras dificultades logísticas. Para las primeras, en efecto, es necesario diseñar los espacios técnicos de la mejor manera posible para permitir la conexión de las bombas a los pozos de extracción, mientras que para las segundas se requieren operaciones de perforación invasivas para colocar las sondas geotérmicas enterradas hasta una profundidad de 170 metros.

Estos sistemas utilizan aire tomado del exterior como fuente y agua como fluido termovector, por lo que resulta esencial garantizar un caudal de aire suficientemente elevado. Por eso, en caso de reformas en las que la unidad de calefacción central sea demasiado pequeña o no disponga de aberturas que garanticen una correcta recirculación del aire exterior, la solución óptima es colocar la unidad en el exterior. Esto permite un caudal de aire adecuado para garantizar el funcionamiento de la bomba de calor y, al mismo tiempo, lograr una ventilación natural óptima. La única precaución, en caso de instalación en el exterior, es prestar especial atención al aspecto acústico y elegir un modelo que garantice una reducción significativa de las emisiones sonoras. Las bombas de calor Sheen EVO y Large EVO se caracterizan por utilizar gas refrigerante ecológico R-32 que cumple este requisito, ya que es uno de los modelos más silenciosos del mercado. Y no solo eso: el producto también está disponible en tres modos acústicos diferentes: estándar, silenciado y supersilenciado.